La localidad de Tilcara está ubicada en el corazón de la quebrada de Humahuaca, a 85 kilómetros de San Salvador de Jujuy. Un lugar donde arqueología, antropología y turismo se vuelven la misma palabra. Como la mayoría de las poblaciones del norte argentino, Tilcara no tiene una fecha de fundación escrita en los libros o documentos de la época.
Su historia data del período prehispánico, toda la región era el lugar de asentamiento de diversas culturas que tenían filosofías de vida propias y, muchas veces, diferentes entre sí. Estos pueblos eran sedentarios y se dedicaban a la agricultura y a la crianza de animales.
La llegada del hombre blanco trajo consigo cambios radicales. Sin embargo, muchas de las costumbres y creencias pasadas hoy son sentido común en los habitantes del lugar, los tilcareños.
Tilcara se encuentra a 2.465 metros sobre el nivel del mar y a la vera del río Grande, a escasos metros de la ruta nacional 9. Su plaza principal, dedicada en homenaje al coronel Manuel Álvarez Prado, es el centro de reunión y encuentro de todo el pueblo, así como también un paseo permanente de artesanos locales y de toda la quebrada de Humahuaca que ofrecen a los visitantes una extensa variedad de productos y recuerdos.
Rodeada por pequeños restaurantes, cafés y talleres artesanales, además de por la municipalidad local y el Correo Argentino, la plaza durante las noches de verano es centro de diversas guitarreadas, recitales y peñas que desde la última década han bautizado acertadamente a este mes como el “enero tilcareño”. La fama de pueblo festivo ha pasado acertadamente de boca en boca. Todos los veranos miles de turistas disfrutan de los festejos de la Chicha, de la Pachamama y, por supuesto, del famoso carnaval tilcareño que se festeja durante todo el mes de febrero.